No es que no tengamos amigos, tal vez sea que no hace falta que los saludemos por que saben de nuestro aguante.
No es que no sepamos decirles palabras lindas y cursis, tal vez no hace falta que hablemos para que nos entiendan
No es que no sepamos que regalarles, tal vez nos cansaron los mercaderes con sus fechas alusivas.
No es que no tengamos amigos, si no tal vez es que tengamos los suficientes.
No es que no queramos festejar el día del amigo, sino que lo festejamos todos los días reconociéndolos como tal.
No es que no queramos salir de farra a emborracharnos, tal vez sea que nunca dejamos de brindar por la amistad.
No es que no queramos sacarnos fotos para bajar en los perfiles y redes sociales, tal vez sea que cuidamos la amistad demasiado…y… hay cierta información que no conviene publicar.
El tiempo, la vida y otros menesteres nos fueron alejando de aquellos amigos que hoy residen en las temibles Mazmorras de los amigos Condenados. Un lugar que no se encuentra en espacio alguno, sino en el tiempo mismo como pasado presente y futuro. No existe una ubicación geográfica que albergue estas mazmorras frías y calidas por la falsa llama de una amistad perecedera.
Un lugar donde se guardan, se esconde y se olvidan a las personas que dijeron ser nuestros amigos. Aquellas que la vida nos separó; por traición, por descuido, por discrepancias de caminos, elixires, y comportamientos errados. A veces la vida nos va alejando sin explicación. Ya no nos gustan las mismas películas, las mismas esquinas, las mismas mujeres, o las mujeres nos alejan de ellos.
En fin, un lugar donde la magia hace posible que nosotros mismos estemos ahí condenados por otros amigos.
También desde estas líneas, siempre saludamos a esos amigos que no conocemos pero que su obra, sus pensamientos han dejado una huella en nosotros. Músicos, pensadores, Guerreros, Científicos, Artistas, que han construido un Legado que vale la pena disfrutarlo, y justamente con nuestros amigos en el brindis cotidiano lo festejamos.
Sin mensajes de texto, sin redes sociales, sin Facebook. Solo basta acordarse una aventura y la sonrisa llegará a destinatario.
¡Mira si un martes, voy a tener la necesidad de festejar el día del Amigo!
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